El dinero es la segunda causa de divorcios. Pero no tiene que ser así. Aquí, estrategias crudas pero efectivas para alinear finanzas y emociones.
1. La conversación incómoda que no puedes saltarte
Antes de fusionar cuentas, hablen de:
- Deudas ocultas (estudiantiles, tarjetas).
- Hábitos de gasto: ¿Eres compulsivo? ¿Es ella demasiado frugal?
- Metas contradictorias: ¿Viajar vs. comprar casa?
Ejercicio práctico: Cada uno haga una lista de sus 5 gastos "no negociables". Compárenlas y busquen puntos medios.
2. El modelo híbrido: juntos pero no revueltos
Olvida el "todo compartido". Un sistema que funciona:
- Cuenta conjunta para gastos fijos: Ambos aportan el 60% de sus ingresos.
- Cuentas individuales para gastos personales: El 40% restante es intocable por el otro.
3. Cómo lidiar con desequilibrios de ingresos
Si uno gana más, ¿debe aportar más? Depende:
- Opción proporcional: Si tú ganas el 70% del total, pagas el 70% de los gastos.
- Opción igualitaria: Ambos aportan el mismo monto, pero ajustado al que gana menos.
4. La trampa de las metas a largo plazo
"Algún día compraremos una casa" no es un plan. Usen herramientas visuales:
- Tableros en Trello con plazos concretos.
- Simuladores de hipotecas para ver números reales.
El dinero en pareja no es matemática pura: es 50% números y 50% empatía.
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